Se termina julio...

28 Julio, 2022

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Termina julio y estoy trabajando fuera de mi país. Es muy difícil estar alejado, sabiendo el terrible momento de cambios e incertidumbre que estamos pasando en Argentina. Yo no los entiendo, no lo puedo creer en muchos casos, pero como siempre digo, la política la hago dentro de la empresa, dando esperanza, contagiando alegría, compartiendo momentos y mostrando el camino del éxito a futuro. Hoy me creo y me siento más fuerte que nunca, porque debo demostrarle a todos que seguimos de pie más que nunca, contra quien sea y cómo sea. Siento mucho orgullo de llevar la celeste y blanca en el alma.

Hoy estoy fuera por unos días para atender las otras empresas, y cuando cuento lo que nos pasa a los argentinos no lo pueden creer, en serio es incomprensible para países y sociedades acostumbradas a que la inflación sea de un dígito y el estrés por el dólar no exista, pero les digo, esta tormenta va a pasar y será una más de las que venimos pasando. A ver amigos, cuesta, sí, obvio, y cuesta mucho, pero menos que antes. Ya tenemos la experiencia, ya conocemos la señal de arma. Desenfundá la espada y atacá antes. ¡Sos el espadachín de la gloria! Atacá, atacá, con paciencia, con cordura y respeto, pero atacá. Que no te gane la angustia. Que no te gane la mala onda. Ponele color a tu vida. Rodeate de amigos y amigas. Jugá al truco, o a la escoba del 15. Rían a carcajadas, porque este momento será un anécdota más.

Yo, a mis 48 años, y después de tantas idas y vueltas, me siento muy feliz, y quiero transmitir la felicidad a todos porque todos pueden dar más de lo que dan. Y si tenés más, da más. No aflojes, que para eso existen las tuercas, vos sos duro como el bulón. Me acuerdo en el año 1982, cuando comía en el comedor del colegio, y a fin de mes iba a buscar la Caja PAN a la escuela. Me acuerdo de la casa de chapa y madera donde vivíamos. El baño fuera de la casa, y como jugábamos con fósforos quemados y chapitas de gaseosa. No tenía para juguetes, juntaba botellas, quemaba cables para vender el cobre, fundía plomo, y trabajaba en un carro tirado a caballo vendiendo verduras. Esa fue mi infancia y estoy orgulloso de haberla vivido. Hoy no le tengo miedo dólar, a la Inflación. Los locos emprendedores como yo le decimos “no te tenemos miedo y agárrate que somos fuertes e inteligentes”. Si me das fuego, te devuelvo agua. Si me das tierra, te devuelvo viento. Si creés en mí, te devuelvo fe. Si vos creés en vos, yo te doy mi corazón.
Aguante argentina 

JBLB