La Rueda de la Vida

20 Septiembre, 2019

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Hace una semana escribía sobre lo difícil que es separarme de mi familia cada vez que me toca viajar. Incluso todavía siento ese abrazo de mis hijas y sus voces diciendo “no te vayas, papá”. Aquella vez recordaba esa despedida con lágrimas en los ojos, pero ahora lo hago con una sonrisa dibujada. Es que al llegar a República Dominicana me reencontré con mis hijas, que viajaron para darme la sorpresa y acompañarme en este emprendimiento. Vinieron con Jessica, una gran madre y con quien comenzamos este camino emprendedor, para alegrarme la estadía lejos de casa con su visita.

La vida me dio otra lección. En apenas siete días pasé de preguntarme si todo esto tenía algún sentido, si tanto viaje justificaba estar tan lejos de lo que más amo, a estar con mis hijas preparando todo para la presentación, ayudándome a pintar, a organizar todo, y sobre todo, estar conmigo en un momento tan importante como es la inauguración de una nueva empresa. De mil dudas existenciales a agradecerle infinitamente a Dios por darme tanto.

En el medio de todo esto, me hice un tiempo para escribir estas líneas y compartir la historia con ustedes. Ahora mismo escribo con mis hijas al lado, pero hace una semana las despedía en un aeropuerto. Y por eso ahora lo disfruto el doble.

Siempre es más fácil mirar para atrás cuando el presente nos sonríe, pero para que eso suceda, cuando toca vivir momentos duros el secreto es no dejar de soñar. Que con sacrificio, trabajo, perseverancia y el apoyo de la familia, esa rueda va a girar hasta ponerte en el lugar soñado.

Ayer abajo, hoy arriba. La rueda de la vida. 🦁