Fracaso en el Carnaval
14 Abril, 2021
Cómo no recordar las locuras que hacíamos para generar ingresos años atrás. Corría el verano del 2008 y el trabajo de la imprenta había bajado a un 30%. Era algo normal en esa época, desde el 15 de diciembre hasta marzo casi no teníamos ingresos y había que buscarle la vuelta. Entonces se me prendió la lamparita aprovechando una impresora digital que habíamos comprado y que imprimía banners de 120x30cm. Imprimí una foto de una chica que bailaba en la comparsa Mary Mary de Gualeguaychú, que para los que me leen desde otros países es una ciudad de la provincia de Entre Ríos cuyo carnaval es furor en Argentina. Entonces pensé, le pongo el almanaque 2008, la foto, lo imprimo, lo pegamos con cola sobre una laminada de fibrofácil de 9mm, papel Contact transparente arriba y queda como un cuadro. Hermoso. Era tanta la confianza que le teníamos que llamamos por teléfono a todas las comparsas para contar la idea, pero solo una nos escuchó y nos invitó a ir: O´bahia. Así que hacia allá fuimos en el Fiat 147 modelo 1993 sin aire acondicionado.
Todos los viernes al mediodía salíamos con Jessica, y a veces con Matías, rumbo a Gualeguaychú. Llegábamos y buscábamos dónde dormir, porque en época de carnavales siempre estaba lleno. Lo hicimos en enero, febrero y parte de marzo, viajando todos los fines de semanas 200 kilómetros ida y vuelta. Le sacábamos fotos a los que bailaban y en la semana armábamos los banners para al finde siguiente entregarlos. Sólo cobrábamos 40 pesos cada uno, pero mi cuenta era que iba a vender miles así que nos iba a servir. Error, vendimos solamente 150. Le teníamos toda la fe al proyecto, las ganas y el trabajo fueron gigante pero el resultado no fue el mejor. Me acuerdo que tenía el puesto justo al lado de un kiosco dentro del Corsódromo. La gente miraba lo banners y decía “qué buenos que están”, pero nadie los compraba. Yo sentado ahí, cuidando mi lugar, pero sin ventas. Noches largas y también tristes, pero bien me sirvió la experiencia. Hoy en 2021 ya no tengo un Fiat 147, me subo a un auto importando muy lindo y con aire acondicionado, y los fines de semana tengo muchas reuniones y genero trabajo para mucha gente. Todo es positivo, veo un gran futuro y esperanza, pero si me preguntás “Javier, ¿si volvieras al pasado harías lo mismo?”, te digo que sí.
Todos mis intentos y mis derrotas me llevaron a ser lo que soy hoy. A no tener miedo, a tener confianza en mi forma de expresarme, a decir soy yo y es lo que hay. A ser un hombre con valores y convicciones a quien la vida lo formó de una manera heroica, que lo alentó a seguir y jamás bajar los brazos, que le enseñó a vivir sin temer. Todo esto me hizo también que el día que tuve supiera que tenía que compartir con los demás, que tenía que ayudar como a mí me hubiese gustado que me ayudaran. La vida me dio dos ángeles y me dijo que por ellas haga todo, porque con su amor me alimentan para ayudar a los demás. La vida de EMPRESARIO DE BARRO es la más difícil de todas, porque el corazón es muy sensible y hay que saber escuchar, dar, y para eso hay que generar, y para generar hay que trabajar. Y más que otro porque sos el líder.
El otro día recibí un audio de una periodista de República Dominicana que me preguntaba cómo hacía para estar siempre positivo, siempre conectado, siempre viajando para todos lados y con tanta energía. Le contesté que nunca tuve y sé lo que se siente, y como lo sé, no quiero volver a no tener ni tampoco quiero que el que está al lado mío les falte. Y para eso tengo que estar siempre al 100%, porque mi motivación son lo corazones felices. El día que no exista recién ahí descansaré.
JBLB.