Asalto

1 Septiembre, 2020

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Mi primer asalto fue en 1984, a los 11 años. En esa época cursaba quinto grado y justo me tocó encargarme de la organización, que para los más jóvenes que me leen, así se llamaba al “baile” en esa época. Yo vivía en una casa de madera, las famosas prefabricadas. Y como ya conté en alguna oportunidad, el baño estaba afuera de mi casa, lo que complicaba las cosas sobre todo los días de lluvia. Pero yo estaba orgulloso de recibir a mis amigos, tanto, que le pedí prestado el Winco a mi tío. Recuerdo que tenía dos discos, uno de Creedence y otro que se llamaba “Llená tu cabeza de Rock 84”.

Me empecé a preparar. Era verano, así que me podía bañar con agua fría en el fuentón de acero inoxidable que usábamos. ¡Me tiraba jarrazos de agua! Me puse el jean, en esa época usaba talla 40, y mis zapatillas color turquesa que me había comprado con un sueldo que me dieron por repartir verduras y frutas arriba de un carro tirado por un caballo. Completé con una camisa Angelo Paolo que no me acuerdo quién me regaló. Era un dandy. Toda la pinta y pilcha tenía. Me rocié con el perfume “Wild Country “de Avon que le afané a mi viejo, y quedé listo para la pista. Colgué dos lamparitas, una azul y una roja. Me sentía John Travolta.

Empezaron a llegar los chicos y las chicas. Yo ponía la música como si fuera un gran DJ, pero con el winco. y bailaba los temas de esa época. Los pibes tomaban el jugo Naranjín, que era como una naranja de plástico congelada. Y también estábamos a full con las mielcitas. En un momento de la tarde noche empezaron a sonar los lentos. Ahí dejamos de hacernos los cancheros para pasar a ser románticos y enamorados. Bailamos sólo tres temas, porque se venía lo mejor de la noche: El juego de la botellita. ¡Qué lindo! Obviamente que yo no tenía suerte. No se me daba con la que me gustaba, pero igual eran todas lindas. Algún beso ligaba. Y cuando se daba parecía que levitaba, ¡qué hermosa época, qué lindos recuerdos!

Hoy me pongo a pensar, después de 35 años de ese momento en el que me sentía el gran DJ pasando música en un Winco, que estoy fabricando sistemas de sonidos para iglesias con Nexos Trading Argentina, una de mis empresas. ¡Quién lo diría, quién lo pensaría! Quizás el destino estaba marcado y me tenía preparado esto. Nunca nos olvidemos de dónde venimos, qué hacíamos, qué teníamos, que los recuerdos siempre estén presentes. Recordá para mejorar, recordá para no olvidar y siempre tendrás qué contar y qué mejorar en la vida.

JBLB 🦁