Adaptarse

16 Octubre, 2019

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Muchas veces me preguntan cómo hago para abrir empresas en distintos países, cada uno con sus respectivas culturas e idiomas, y la respuesta es simple: adaptándome a ellos.

No fue fácil. Cuando esta historia empezó jamás había tomado un avión en mi vida. Todo era nuevo, desconocido, y por supuesto, difícil. Si ya bastante complicado era comunicarme en un idioma que no conocía, en un lugar lejano donde no me gustaba la comida y no sabía cómo moverme, imagínense para abrir una empresa.

Un día, más temprano que tarde por la propia necesidad, aprendí que no era el lugar, ni la gente, ni las comidas, ni el idioma los que tenían que adaptarse a mi. Más bien, yo tenía que adaptarme a sus costumbres.

En Costa de Marfil, con Nexos, me pasó que me pidieran una furgoneta para movilizarse más fácilmente. Unos meses después me aparecí con la furgoneta, esperando encontrarlos felices y agradecidos. Todo lo contrario, los noté preocupados, queriéndome decir algo. Por intermedio de mi traductora me enteré que ninguno sabía manejar y que el pedido del vehículo era con chofer incluido.

Situaciones como esas me sucedieron muchas en todos estos años. Hoy son anécdotas, en su momento fueron complicaciones que parecían imposibles de resolver. La paciencia fue siempre la palabra clave. Abrir mi cabeza a esas nuevas costumbres, ser uno más de ellos y no esperar que ellos fueran como yo. 🦁