BOTELLAS Y COBRE
5 Agosto,2024
Botellas y cobre!!!
¡Cómo olvidar aquellos tiempos cuando tenía 10 años y caminaba por el campo que tenía enfrente de mi casa! ¡Era inmensamente grande! Recuerdo que venían camiones a tirar basura y cosas, y yo iba a revisar para juntar cables y todo lo que tuviera cobre. Recuerdo cuando quemábamos el cable y cómo salía el humo negro, cual señal india. Ya me creía un cacique indio para esas épocas.
¡Era todo un trabajito el cobre! Primero quemarlo, esperar el ritual que se derrita y desaparezca todo el cable, luego esperar que se enfríe y, después, con un buen palo, darle duro hasta que quedara ese cobre hermoso que brillaba por el sol para ir a venderlo. ¡Muy, muy lindo recuerdo!
Parecido era el ritual de las botellas: esperar las navidades para que las personas sacaran sus botellas de los festejos, así las juntaba, acopiaba y luego vendía. Siempre lo cuento, siempre lo digo: ¡el destino de las personas lo marca la misma persona! Yo no creo en el "NO PUEDO" porque soy esto o soy lo otro. ¿Mira dónde vivo? ¿Me ves triunfar con un carro? A todas esas dudas, hay una muestra de que sí se puede, ¡y soy yo!
Todo lo que hiciste, lo hice.
Todo lo que pasaste, lo pasé.
Todo lo que perdiste, lo perdí.
La diferencia es que JAMÁS BAJÉ LOS BRAZOS.
Nunca me rendí y siempre quise una vida diferente. ¡Yo sabía que lo iba a lograr! Jamás supe cuándo, pero por eso luché más día a día.
De juntar cobre y botellas a tomarme más de 900 vuelos por más de 30 países en 9 años. La verdad, jamás imaginé tanto, pero tampoco jamás dudé de mí.
¿Es mérito?
¿Es suerte?
¿Es destino?
¿Dios?
Ponele el nombre que quieras, llámalo como quieras.
Pero atrévete a hacerlo, confía en vos, confía. No aflojes, no arrugues, no te achiques. Cuanto más luche, más la cabeza se inquieta y el corazón se acelera. Créeme, porque lo viví y lo vivo. Más haces, más te motivas, más das y más mereces. Siempre el corazón manda señales a tu cabeza para que no tengas miedo al éxito que pronto te va a llegar.
Grita fuerte lo que te salga de adentro, pero muy fuerte. Se siente la energía del alma queriendo sacar ese fuego del dragón que te quema el estómago de tantas ganas de salir adelante. Quema el miedo, quema la duda, que solo quede la palabra: SÍ PUEDO.
JBLB