Viejos Queridos

27 Enero, 2020

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Estoy sentado en el piso 25 del Hotel Radisson de Montevideo. Por la ventana sólo veo barcos, algunos grandes, otros chicos e incluso un crucero. Me detengo a mirar los más viejos, algunos hundidos. Están al lado de los más nuevos, pero ellos sufren la oxidación y el abandono, como si cada día se sumergieran un poco más en lo profundo del agua. Esto me hace pensar en lo egoístas que somos con las personas mayores, con los que nos llevaron de la mano, con los que nos enseñaron, con los que aprendimos, con los que nos reímos y con los que lloramos. A veces las personas se olvidan de ellos y de lo que significaron. Padres y abuelos, los responsables de que hoy estemos acá. Ellos se merecen lo mejor, que ahora seamos nosotros quienes los cuidemos, porque cuanto más pasan los años, más nos necesitan.

Un abrazo, un “te quiero, viejo”, un “¿necesitas algo?”, un “llamame que estoy acá”, todo lo que a nosotros también nos va a gustar que nos digan cuando seamos viejitos y necesitemos más que nunca del cariño de nuestros hijos y nietos. Por eso, disfrutemos al máximos a nuestros padres y abuelos, que tenemos la suerte de tenerlos. Juguemos con ellos a las cartas, escuchemos sus consejos y sus historias de vida. Traigamos nuestros recuerdos al presente y que los viejos se sientan pibes de nuevo. Ellos se merecen todo, como estas lágrimas que se me caen recordando a mis abuelos que ya no están.

JBLB. 🦁