El Secreto

26 Noviembre, 2019

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Me encanta leer los comentarios que me dejan a diario en mis redes sociales, me incentivan a tomarme un tiempo y escribir más seguido. Con cada vivencia que me cuentan confirmo lo que siempre hablo con mis compañeros de trabajo en mis empresas: todos tenemos sueños en común, todos tenemos la capacidad de emprender aunque pasamos por situaciones límites o difíciles. Sin proponérmelo también descubrí que lo que hago sirve para alentar a otros, porque en mi ADN sólo existe la motivación de seguir adelante.

No importa el camino, aprendí a andar sobre el barro, el asfalto, la piedra o la madera. Con zapatillas o descalzo, como cuando vivía en una casilla prefabricada con dos habitaciones y tenía que caminar 20 metros afuera de casa para ir al baño. Esa es la época de la primera foto, que con mis hermanos nos calentábamos con unas brazas que poníamos en una lata de dulce de batata porque no teníamos estufa. ¡Qué locura! También junté botellas para comprar golosinas, o en vez de helado recogía higos y los ponía en la heladera para comer algo fresco.

A todos nos tocó una mala época, y a mí muchas, pero ¿saben qué? Nunca me rendí. Nunca. Siempre con la cabeza en alto, siempre pensando “ya me va a tocar, ya va a llegar”. Y llegó, como en esa segunda foto que estoy en uno de mis tantos viajes a China, cuando a mis 40 años me subí a un avión por primera vez para ir en busca de mis sueños. Compromiso, esfuerzo, confianza, humildad y pensar siempre en positivo. Ser feliz aunque sea con un pan 🥖 para comer. Piensen que muchas veces hay otros que ni siquiera tienen ese lujo. Siempre la mirada tiene que ser recta, nunca hay que agachar la cabeza. Sólo si tenés que saltar un charco de agua hay que mirar para abajo.

Yo estoy muy agradecido que me lean y siempre voy a alentarlos a seguir adelante. Hoy quería contarles sobre un libro que me ayudó mucho y que se llama “El Secreto”, del que tomé la importancia de la ley de la atracción. Pensar en positivo siempre va a traerte cosas positivas, a conquistar lo que tanto uno quiere. Materializar la idea y llevarla a cabo, trayendo la energía positiva. Me acuerdo que lo leí cuando estábamos yendo a Chilecito hace seis años a instalar nuestra segunda pantalla de LED. Me tomé un micro en el que tardé 16 horas para ir. Iba leyendo el libro y miraba el paisaje por la ventanilla, imaginándome tener un auto en el que pudiera hacer un viaje largo. Llegué y a la semana pude cambiarlo. Y así con todo, como cuando sueño abrir una empresa en otro país y poder seguir generando puestos de trabajo y conociendo nuevas culturas.

Amigos, la derrota no está en nuestro ADN, sólo la victoria y para conseguirla tenemos que luchar hasta lo último. Que nuestros hijos estén orgullosos de nosotros, gladiadores del JBLB. Jamás bajar los brazos. 🦁