Crisis

14 Agosto, 2019

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Estos últimos días fueron difíciles y todo parece indicar que los próximos lo serán también. Pero es acá donde uno como empresario tiene que elegir de qué lado pararse. Y no hablo de banderas políticas, sino de la verdadera política que es la que uno hace todos los días desde el lugar que le toca ocupar.

Desde mis empresas siempre busqué aportar mi granito de arena. Empezar el lunes luego de las elecciones con la noticia del dólar a 60 y la presión a 21 no fue fácil. La mayoría de los insumos los adquiero en el exterior y los costos se incrementaron notablemente en apenas unas horas, con el riesgo concreto de no poder reponer la mercadería. Ya un poco más tranquilo, hablando con el muchacho del servicio de emergencias que vino a atenderme, pensé en parar hasta que todo se estabilice. En no vender por unos días o no instalar las pantallas pendientes hasta saber qué va a pasar. Pero no, no sería yo. No sería una actitud consecuente con la forma en la que me manejé hasta ahora. Es por eso, que a pesar de perder mucha rentabilidad, seguiré generando el trabajo que tanto dignifica, porque entiendo que es la mejor forma de enfrentar la crisis.

Soy empresario, pero antes soy padre de familia y después soy argentino. Por eso seguiré apostando por mi país, pero fundamentalmente por los argentinos. Siempre manteniendo la mejor calidad en mis productos y sin perder de vista que cada puesto de trabajo que abro es una familia con el plato de comida lleno. Si paro la fábrica tengo que suspender empleados, y eso no va a pasar. Y si no recorremos el país instalando las pantallas de LED que ya nos compraron, nuestros clientes no pueden empezar con su emprendimiento.

Ojalá no sea el único empresario del rubro que toma este compromiso en estos tiempos de crisis. El país muchas veces ha caído pero siempre logró volver a ponerse de pie y fue gracias al esfuerzo de todos.

¡Vamos Argentina!